El marketing emocional tomó fuerza y fue acuñado como concepto en la década de los noventa, cuando grandes marcas y creativos recurrieron a despertar la emotividad de sus clientes con distintas técnicas, sin embargo, sus orígenes se remontan a los cincuenta, cuando empezaron a surgir grandes mentes de la publicidad como David Ogilvy. 

A pesar de su antigüedad, la noción sigue vigente e, incluso, parece haberse ganado un espacio fundamental en la estrategia de marketing de cualquier marca, pero, ¿en realidad es relevante e indispensable para lograr el éxito en el contexto actual?

La respuesta es positiva y se mantiene a través del tiempo, incluso, es aún más necesaria actualmente. Con las emociones, resulta más fácil generar necesidad o deseo en el consumidor final, que tiene una amplia oferta en el mercado, haciendo que su elección y permanencia en una marca específica se torne difícil. 

Con metodologías como el storytelling, el tono de comunicación, el branding y los elementos visuales, puede lograr que el centro de su marca sea el consumidor, generando una conexión vinculada a emociones como felicidad y tranquilidad que lo harán elegirlo una y otra vez. 

Pero, más allá de las emociones momentáneas que puede generar en cada una de las personas de su target, el uso de las mismas es una herramienta vital para permanecer en la mente del consumidor: ya no es solo una elección, se ha convertido en la bandera de la mayoría de campañas de las empresas más exitosas del momento.

Según el último estudio de Iris, desde hace más de tres años la población ha aumentado su indiferencia a las marcas y sus intentos para llegar a ellos. Un 82% de los encuestados admitió que ocho de cada diez marcas no los logran emocionar y, además, no las piensan de forma regular.

Además de no despertar la misma emoción por la competencia excesiva y la variedad que se encuentra con las distintas tecnologías actualmente, la desconfianza también va en aumento. Un 77% asegura no sentirse confiado de lo que las marcas ofrecen y, en una era donde los datos otorgan poder, un 57% no se siente cómodo compartiéndolos con las empresas.

Con esta crisis, la emoción ya no puede ser un simple recurso para reforzar su estrategia, en este punto se trata del elemento clave para que su marca perdure en el tiempo. Si quiere que su marca avance en este proceso y utilice más estrategias inusuales para generar recordación y conexión con sus clientes, contáctenos, podemos ayudarlo.

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